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Aunque existen muchos modos no verbales de comunicar algo sobre sí mismo, lo que ayuda a mantener una conversación es lo que se comunica sobre sí mismo verbalmente. La gente quiere saber dónde trabaja usted, dónde vive, de dónde es y a dónde se dirige. Esto les da una información básica y les sirve de infraestructura sobre la cual pueden ir colocando más detalles. Algunos elementos de información tienen más peso que otros a la hora de formar una impresión, sobre todo en un primer encuentro. En algunos círculos, se concederá gran importancia al empleo que usted tenga. En otros, se valorará mucho su falta de vanidad y de pretensiones. Algunas personas están muy orgullosas de ser profesionales, y obtienen su sentido de la propia importancia a fuerza de presumir de ello. A otras personas no les importa en absoluto su posición laboral, ya sean médicos, campesinos o parados. Saben que tienen otras habilidades sociales, y que, sean cuales sean las primeras impresiones que se formen los demás de ellos por cuestiones de «posición», ello será pronto compensado por su amplio despliegue de cualidades humanas, como la amabilidad, el sentido del humor y la sencillez. La posición es, para los miembros de la leite, lo que el control de la imagen para los tímidos; ambas cosas nacen de la incapacidad y de un sentimiento de inferioridad que han de ser ocultados por una verdadera «exhibición» de la categoría social.
En general sale mucho más a cuenta comunicar honestamente quién es uno en realidad que intentar dar una imagen demasiado favorecida. El hecho de crear una imagen pública falsa es algo que había de ser corregido posteriormente sobre todo si se prevén reuniones posteriores. Un problema social muy embarazoso es el de tener que corregir exageraciones y errores que fueron deliberadamente provocados.
El no decir la verdad acerca de uno mismo en las evaluaciones sociales tiene también otra consecuencia muy grave. Si usted cree que el crear una imagen de sí mismo favorable aunque falsa es algo que le ayuda a obtener resultados sociales positivos y una momentánea valoración favorable, se engaña a sí mismo. Usted o podrá atribuirse los méritos de esa experiencia social positiva. En realidad, lo que la gente habrá aceptado y valorado positivamente no será ninguna verdadera cualidad personal suya, sino una imagen que usted les presentó, una imagen gloriosa o heroica, quizá, pero falsa.
Desde el punto de vista psíquico, usted no tendrá derecho a atribuirse ese mérito, y cualquier ganancia en seguridad y autoestima que crea haber hecho será frágil y a la larga se volverá contra usted. Insisto en este punto por la única razón de que sé que a muchas personas tímidas les cuesta aceptarse tal como son, y por ello temen, lógicamente no ser aceptadas por los demás. Pues bien, en lugar de presentarse ante ellos con una imagen falsa, lo que debe hacer es conocerse bien a usted mismo, aceptarse y establecer relaciones basa das en la realidad. Si no se cierra en banda a experiencias nuevas, si está dispuesto a aprender, puede cambiar las cosas que no le gustan de sí mismo. Cuando se vaya dando cuenta (por la experiencia) de que no se le rechaza al dar una información que le parecía incompatible con su imagen, se dará cuenta también de que es más fácil ser usted mismo que intentar mantener una imagen falsa basada en la personalidad que le gustaría tener.
Puede hablar de sí mismo de diferentes maneras. Puede ser directo y explícito, o bien ser menos directo y dejar que sus oyentes deduzcan alguna cualidad o característica suya. Puede hablar de sus hobbies, de sus deportes preferidos, de sus diversiones, de las películas que le gustan, de los libros que lee, de los programas de televisión que ve, de sus amigos predilectos. Hablar de estas cosas no sólo representa dar información sobre usted, sino que muestra sus preferencias y valores. Algunas personas suelen exagerar, y casi siempre les sale el tiro por la culata. Es mejor decir «Jugaba mucho al hockey en el instituto, pero ahora que estoy en la universidad nunca tengo tiempo», que «Me chifla el hockey. En el instituto jugaba mucho, y pienso ingresar en el equipo de la universidad, a ver si consigo llegar al de mi propio estado
Aunque esta declaración puede aumentar la estima en que le tienen los demás y puede granjearle su admiración durante algún tiempo, usted tendrá que volver a ver, con toda certeza, a esas mismas personas y se verá obligado a desmentirse. Si se muestra sincero desde el primer momento, no tendrá que vivir con la tensión de mantener la mentira, ni sentir la culpabilidad y la vergüenza que caerían sobre usted en caso de que se descubriese. Por otra parte, si hay cosas favorables de usted que son ciertas y se abstiene de comunicarlas, usted será el único culpable de desaprovechar una ocasión de orgullo justificado. No porque usted envidie los logros de los demás han de sentir ellos lo mismo si usted, con toda naturalidad, hace gala de sus méritos.
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